En el caso concreto de Manuel Quintana Martelo, desconoce los motivos de la presencia de la geometría en su obra, pero cree que se debe a un regreso a la pintura pintada. El color es lo más inherente que el tiene, de una total fidelidad conyugal en su trayectoria, y el realce de lo geométrico a lo mejor no es sino un pretexto para que la pintura, que es en definitiva lo que le corresponde al pintor, vuelva a relucir.